Pero, si no sabes cómo se calcula la brecha salarial entre hombres y mujeres, hasta qué punto llega esta desigualdad según los territorios o por qué las mujeres cobran menos que los hombres, en este artículo puedes descubrir todo lo que necesitas saber sobre la diferencia salarial por razón de género.

¿Qué es la brecha salarial?

 

La brecha salarial entre hombres y mujeres se refiere a la diferencia existente entre lo que cobran, de media, hombres y mujeres. Para su cálculo, los organismos oficiales calculan la diferencia entre el salario medio bruto de los hombres y el salario medio bruto de las mujeres y esta cifra la dividen entre el salario medio bruto de los hombres. El resultado se multiplica por 100, de modo que la ecuación da lugar a un porcentaje, que es lo que se conoce como brecha salarial de género.

En este sentido, lo ideal sería que el resultado fuera cero, ya que equivaldría a la plena igualdad retributiva. Sin embargo, por el momento, es negativo, lo que evidencia que ellas perciben menos ingresos por su desempeño profesional. Ahora bien, te preguntarás por qué hay tantos datos diferentes sobre la brecha de género. Lo cierto es que, para llevar a cabo el cómputo de la brecha salarial entre hombres y mujeres, existen diferentes perspectivas de aproximación que van a dar resultados diferentes: la brecha salarial no ajustada y la ajustada.

Brecha salarial no ajustada
Es la que ofrece una panorámica más general, ya que tiene en cuenta el sueldo medio femenino y masculino sin distinción de las circunstancias laborales y socioeconómicas de cada profesional. En este sentido, debes saber que, en esta retribución media, se incluyen de manera habitual tanto el sueldo base bruto como los complementos salariales asociados a la persona (antigüedad, ayudas familiares, etc.), al puesto (penosidad, responsabilidad, toxicidad, etc.), al desempeño (pluses o gratificaciones) o a la realización de trabajo adicional (horas extraordinarias), sumando tanto los importes en efectivo como las retribuciones en especie.

Esto provoca que la brecha no ajustada sea la más elevada, debido a que, tal y como señala ONU Mujeres, las mujeres tradicionalmente han ocupado puestos peor retribuidos, de menor responsabilidad y con jornadas reducidas y, por tanto, su retribución media es inferior. No obstante, el objetivo de estas estadísticas es poner de manifiesto tanto esa diferencia salarial entre hombres y mujeres como las barreras que impiden al colectivo femenino acceder al mercado de trabajo en igualdad de condiciones.

De hecho, dentro de la brecha no ajustada se pueden aplicar también diferentes parámetros de cálculo. Por ejemplo, puedes tener en cuenta el salario anual o ajustar la fórmula a la retribución por hora trabajada. En este segundo caso, la diferencia disminuirá, al reflejar el hecho de que las mujeres trabajan, de media, menos horas que los hombres.

Si ponemos por ejemplo que una mujer está contratada a media jornada, lo que supone 900 horas anuales de trabajo, por este empleo, cobraría al año 10.000 euros (con todos los conceptos antes descritos). Un hombre, por su parte, trabaja a jornada completa (1.800 horas anuales) y percibirá 20.000 euros. Si aplicas la fórmula no ajustada anual, la brecha salarial ascendería al 50%. Sin embargo, si realizas la ecuación teniendo en cuenta la retribución media de la hora, en lugar del salario anual, verás que la brecha es de 0, es decir, ambos cobran lo mismo por cada hora trabajada.

 

Brecha salarial ajustada
Para ofrecer una fotografía más ajustada a la realidad laboral de cada profesional, surge la brecha salarial ajustada. A diferencia de la anterior, este tipo de cálculo sí que tiene en cuenta las condiciones laborales de las personas, procurando determinar la brecha salarial en igualdad de condiciones. Y es que no se da la misma diferencia de sueldo por género en un país de la Unión Europea que en otro de África, donde la discriminación de las mujeres a nivel laboral es más palpable.

Por esta razón, el cómputo de la brecha salarial entre hombres y mujeres se puede afinar en virtud de diferentes parámetros: dentro de un mismo país o región, sector de actividad, empresa, categoría profesional, tipo de contrato (indefinido o temporal), franja de edad, de un nivel de estudios o de un mismo puesto de trabajo. De este modo, se puede saber si una mujer, con la misma experiencia laboral, categoría, contrato y puesto que un hombre, realmente percibe la misma remuneración que su compañero.

Esto no quiere decir que unos resultados u otros sean mejores o peores, sino que responden a diferentes contextos. Lo importante es que, cuando leas o escuches un dato sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, sepas qué aspectos se están midiendo. Solo así podrás entender de manera correcta la realidad que las cifras esconden.