Chile ocupa el lamentable lugar 128 (de 142 países) en el ranking de igualdad de salarios entre hombres y mujeres que realizan trabajos similares (WEF, 2014). Es decir, aunque las mujeres en todo el mundo ganan menos que los hombres y la demanda por igualdad salarial es común a la mayoría de las naciones, en nuestro país el tema reviste aún mayor gravedad.

Estudios recientes demuestran que, incluso controlando por los efectos que en el salario pueden tener el sector económico, oficio, categoría ocupacional, región y el tamaño de la empresa, las mujeres reciben un salario 17,2% menor que el de los hombres. Lo alarmante es que esta brecha no estaría explicada por una diferencia en la dotación de capital humano a favor de los hombres (de hecho esta diferencia es a favor de las mujeres), sino principalmente por discriminación.

Varias de las razones que explican esta brecha podrían ser abordadas por la política pública para darle una pronta solución: razones de productividad, de normativa y de discriminación. Esto es necesario porque desde un punto de vista económico, es ineficiente que recursos que aportan igual productividad marginal sean remunerados de manera diferente, y porque desde un punto de vista social, no es equitativo que ellas reciban un pago inferior al de sus colegas hombres, exclusivamente por el hecho de ser mujeres.

En este boletín se muestra evidencia relativa a la brecha salarial de género, se indaga en sus causas y soluciones.

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