por Pamela Martínez e Irene Rojas  |  9 noviembre, 2021

 

La elaboración de una nueva Constitución requiere garantizar los derechos de carácter fundamental, en cuanto éstos constituyen las bases de la sociedad que reconocen la dignidad de toda persona.

Si bien se ha reconocido  el principio general de igualdad y  el derecho general de no discriminación, el específico  derecho de no discriminación remunerativa entre mujeres y hombres es uno de esos derechos fundamentales que las sociedades hoy reclaman y que la comunidad internacional ha establecido en diversos instrumentos, tal cual son la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, de Naciones Unidas, y el Convenio 100 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), precisamente referido a la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.

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